En marzo de 2011 conocí a Covadonga. Estaba confeccionando el dossier de prensa, para
facilitar a los medios de comunicación, sobre el premio “Mujer Concejo de
Llanes”, que anualmente concede el Ayuntamiento de Llanes para reconocer y distinguir
a vecinas cuyas vidas se han caracterizado por la superación y el sacrifico en
circunstancias especialmente adversas y difíciles para ellas; cuando me tropecé
con la historia de Covadonga.
Javi
Morán, sobrino suyo, me había hablado varias veces de su tía y advertido de que
ahí me iba a encontrar una historia que merecía la pena ser contada. A
medida que leía los méritos con los que concurría al premio, su vida empezaba a
atraparme y, sin yo percatarme, algo comenzaba ya a ponerse en marcha.
Personalmente,
los premios “Mujer Concejo” son las distinciones que más me gustan de cuantas
concede el Ayuntamiento llanisco, porque se dan a personas cercanas, con
historias algunas increíbles, duras, de enorme entrega, de sacrificio.
En
la recepción en el Consistorio y posterior encuentro con la prensa de las
premiadas de ese año estaba deseando conocer a Covadonga y, muy importante para
mí, ver cómo se desenvolvía contando su vida.
Este encuentro anual suele ser una delicia. Se crea un clima especial, da gusto oírlas relatar, generalmente con muy buen humor, episodios de sus vidas. La gran mayoría de ellos tristes y complicados, pero que ahí recuerdan hasta entre risas.
Covadonga
habló de su pasado de manera sencilla. Con naturalidad incluso, obviando la
dureza del relato de su infancia, con la huida a Francia, los muertos en el
barco, la separación de su madre, los orfanatos…
Hubo
momentos de especial intensidad. Se emocionó y nos emocionó. En esos instantes
sentí algo en el estómago y supe que, inevitablemente, antes o después acabaría
por hacer algo con la vida de Covadonga.
Esa
misma tarde, en el acto de entrega de los premios en El Casino, en Llanes, le
hice esta foto con la mirada perdida, un tanto desenfocada, pero que guardo con
cariño por ser el punto de arranque para dar forma a “Historia de una
casualidad”.
Ahora,
casi un año después, se cierra el círculo con el estreno el lunes, 6 de febrero
2012, en el Teatro Filarmónica, en Oviedo.
Veremos si el documental está a la
altura que se merece el relato de la
vida de Covadonga González Santos.
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